Líneas base (punto de referencia)
Cuando observamos el comportamiento no verbal, para poder realizar una correcta interpretación, debemos establecer lo que se denomina “línea base” que no es más que el comportamiento habitual o más frecuente en parecidas o iguales circunstancias, para esa persona. Las personas se conforman a partir de la genética, las condiciones familiares, culturales, sociales, ambientales, circunstanciales, etc., esto hace de cada uno un ser único resultado de un complejo cóctel.
Todos desarrollamos diferentes roles en nuestras vidas que aunque se comportan como vasos comunicantes, también tienen algo de particular e intransferible que les identifica además como compartimentos estanco, me explico, al tratarse de una misma persona cualquier impacto emocional repercutirá en todos sus roles, aunque no de la misma forma e intensidad. Como ejemplo los problemas en nuestro rol profesional deberían tener un menor impacto en nuestros otros roles sociales (amistades, familia, …). Por ello tener como línea base la normalidad en el rol a analizar sería lo más recomendable, ya que en ocasiones, personas que tienen actitudes muy próximas o tranquilas en un rol pierden en otro los papeles mostrando alteraciones en el control emocional como el hecho de que la inseguridad altera la actitud hacia estar más agresivo o con mayor tendencia al bloqueo.
La línea base es muy importante, ya que una persona muy tensionada puede tener comportamientos nerviosos o impulsivos cuya interpretación es poco significativa al convertirse en automatismos por su repetición rutinaria, mientras el mismo comportamiento en una persona tranquila debe ponernos en alerta. Aunque también comparamos con la supuesta línea base genérica a toda persona (sentido común) que sitúa a las personas con ciertos comportamientos ligados a perfiles de trastornos psicológicos de diferente tipo. Quiero decir que si una persona se desplaza dando saltos en vez de caminando es muy posible que detrás de un comportamiento continuado de forma reiterada y poco frecuente pueda haber algún problema.
Hay que tener muy presente a todos los actores “secundarios” porque al no ser foco central en la situación sus comportamientos con respecto al sujeto que nosotros tenemos como objetivo puede reflejar algo que el actor controle, pero ellos hagan evidente, ya que las personas con las que convivimos tienen construida su línea base y detectan más rápido si nos pasa algo e incluso en ocasiones si tienen suficiente confianza nos lo preguntan directamente “¿Te ha pasado algo, te noto raro?”.
No hace falta decir que la recolección de información sobre la línea base de un individuo, debe realizarse sin que este tenga consciencia, ya que la neutralidad se vería comprometida y sus actitudes podrían resultar manipulativas. Cuando sabemos que nos están grabando, incluso intentando en ocasiones ser naturales, nos tensionamos y después cuando visualizamos la grabación nos cuesta reconocernos.
No somos un yo, sino la suma de todas nuestra “interpretaciones” en cada uno de los roles que desempeñamos, pero cada papel sólo puede entenderse con el guión de la película, contra más información tengamos menor será el riesgo de nuestras conclusiones. También es bueno contrastar con otras personas los criterios y su explicación contextual, para evitar o reducir al máximo los posibles sesgos personales.
Los cuerpos y fuerzas de seguridad evalúan este tipo de datos de forma rigurosa y profesional, porque la exactitud a la hora de elaborar un perfil o anticiparse a un comportamiento puede ser de vital importancia a la hora de proteger a posibles víctimas, al tratarse de casos en los que aparecen factores derivados de trastornos con vertientes violentas, en los que suelen actuar equipos que complementan diferentes áreas y en los que la criminalística aporta datos de otros casos que establecen mapas conductuales asociados a conjuntos de actitudes observadas, aunque al ser casos “extremos” la dificultad en una ciencia que no es exacta se incrementa considerablemente, haciendo que la toma de decisiones en función del supuesto riesgo se convierta en un problema con alto grado de incertidumbre.
Aunque hay referencias que ayudan a establecer resultados, no existe un “diccionario” comportamiento-significado, significado-comportamiento, pese a que exista esta falsa creencia de atribuir ciertas interpretaciones como válidas y únicas.
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